martes, 31 de marzo de 2009

Desierto de ideas?

En Venezuela las ideas parecen brillar por su ausencia...

Del lado del oficialismo, se habla de socialismo del siglo XXI, pero el debate para definir el contenido de esa propuesta es reemplazado por los destellos mediáticos del líder único e irremplazable del chavismo. Basta cualquier ocurrencia lanzada sin reflexión por Hugo Chávez para que sus subordinados empiecen a trabajar laboriosamente en justificar la idea e integrarla al arsenal ideológico del socialismo del siglo XXI. Cualquier idea que no venga del vértice de la pirámide jerárquica no tiene ningún valor hasta que el líder máximo le de su bendición.

Del lado de la oposición, sólo se oyen los mismos clichés políticos (la importancia de la buena gerencia o de la democracia) o copias malogradas del discurso social del chavismo (alabar las misiones o proponer mantener prácticas populistas). Dada la diversidad de los actores que integran la oposición, que se distribuyen por casi todo el espectro político, se esperaría un acalorado debate que no sólo se limitará a tratar sobre los aciertos o desaciertos de Chávez, pero este no parece terminar de ocurrir.

Se escuchan tímidas referencias a congresos ideológicos de los partidos, pero no se escucha ni un murmullo que provenga de estos. Pareciera que no hay interés en debatir la cuestión fundamental: Cómo hacer que las instituciones democráticas en Venezuela respondan eficazmente a las necesidades de los ciudadanos. Esta discusión incluye un debate sobre el fracaso de la IV República en atender las demandas de la población y la incapacidad del sistema actual en responder a esas mismas demandas de forma eficaz.

Los consejos comunales son una buena idea, pero es una idea que ha sido implementada pobremente. Estos consejos estan integrados por personas con buenas intenciones, pero que no cuentan con apoyo técnico ni profesional de parte del gobierno para cumplir sus tareas. La falta de coordinación entre estos distintos consejos y el gobierno dificulta la resolución de problemas que requieren una visión más amplia que la que permite un consejo comunal, como puede ser por ejemplo la vialidad o el suministro de agua y otros servicios a sectores que los requieren.

Más allá de las deficiencias en la implementación de estos consejos, se teme que estos podrían convertirse en una coartada del gobierno central para eliminar al único contrapeso poderoso que tienen los ciudadanos para defender su intereses locales del gobierno central, como lo son los niveles medios de gobierno: alcaldías, gobernaciones y cuerpos legislativos locales.

* * * * * *

La democracia venezolana jamás ha sido perfecta. Quizás nunca lo sea. Pero no tenemos otra alternativa que seguir trabajando en su perfeccionamiento.

En estos momentos, la incapacidad de nuestras instituciones democráticas para responder a las necesidades ciudadanas pareciera pasar a un segundo plano cuando nuestra democracia ha degenerado en un sistema que en el mejor de los casos se puede describir como tiranía de las mayorías.

No obstante, es necesario que al mismo tiempo que se discuten los riesgos que afronta nuestra democracia bajo un líder autocrático, se lleve a cabo una discusión de los problemas estructurales de nuestro sistema democrático que nos han llevado a esta situación.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario