lunes, 8 de febrero de 2010

pobreza

Como se puede luchar contra la pobreza cuando no se entienden sus orígenes?

La visión que tienen los políticos de la derecha o de la izquierda sobre la pobreza no son más que lecturas superficiales del problema. Decir que la gente es pobre porque quiere ser pobre o que la gente es pobre porque son explotados por los ricos, son reducciones simplistas y prejuiciadas del asunto.

Mucho se ha estudiado y dicho sobre la pobreza y su relación con la sociología, economía y política, pero parece que las claves para su erradicación parecen evadirnos. No es mi intención debatir la validez de los trabajos realizados en el área, pero creo que pretender conseguir una solución universal es una utopía imposible de lograr.

Cualquier enfoque que trate de ver el asunto como un problema colectivo pierde de vista al individuo. Es cierto que las consecuencias de la pobreza son sufridos no sólo por los pobres, sino por la sociedad en general, pero el problema no se soluciona con enfoques globales, que no tienen que ver con la realidad, sino con soluciones individuales.

Como en cualquier agrupación de personas, entre los pobres hay toda clase de individuos. No solamente hablo de las diferencias económicas, sino de interéses, motivaciones, circunstancias familiares, educación, entre tantas otras, que juegan un papel en la vida de una persona. La pobreza de una persona no siempre es consecuencia únicamente de malas decisiones personales, sino de circunstancias que escapan a veces de las manos de las personas.

Sin lugar a dudas hay cientos o miles de historias de personas que ha superado la pobreza. Estas personas siempre hacen referencia al valor del trabajo, la educación y el ahorro como claves de su progreso. Es cierto que existen personas pobres que no asumen estas ideas en su importancia y prefieren gastar el dinero de forma frívola, pero hay otras personas que siguen estos principios y no logran progresar. Después de todo, sin la posibilidad de un empleo estable - situación que depende en parte de la suerte - no es posible hablar de trabajo ni de ahorro.

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En otros países existen mecanismos de asistencia social para las personas de escasos recursos. Es común en países donde el estado actúa como un intermediario que se encarga de redistribuir la riqueza para ayudar a las personas a contar con los medios necesarios para vivir. Esto los mantiene alejados de la miseria y del crimen.

Más allá de las dificultades que representa mantener un sistema social de este tipo (factores como la edad de jubilación y la tasa de desempleo pueden amenazar al sistema, como sucede hoy en día en Alemania), muchas personas cuestionan la justicia de sacarle el dinero del bolsillo a los trabajadores para dárselo a personas que "no quieren trabajar".

Visto con esa lógica, parece toda una injusticia. Una persona trabaja para mantener a alguien que se contenta con vivir como un parásito? Como siempre, la realidad es un poco más compleja. Es cierto que, como en todo grupo de personas, habrá gente que quiera aprovecharse de los demás. Pero no son la mayoría. Es cierto que muchas veces es difícil distinguir entre quienes sólo quieren aprovecharse y quienes quieren progresar honestamente, pero esto no resta méritos a la idea.
Un sistema que evite que el dinero llegue a las personas incorrectas es una solución a este problema, aunque esto representa una burocracia adicional que hace todo más costoso.

No digo que los programas sociales sean una solución al problema de la pobreza. De hecho, la existencia de estos programas trae consigo nuevos problemas que deben ser atendidos, como ya se señaló. No obstante, ofrecer la oportunidad a las personas para mejorar su condición social - sea esta mediante un programa social o microcréditos - es parte esencial de la lucha contra la pobreza.

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Aunque existen programas de ayuda social de este tipo en Venezuela, estos sufren de dos problemas fundamentales: son afectados por un marcado clientelismo que obliga a las personas a alinearse con un partido político y no tienen ningún mecanismo real de seguimiento para ver si efectivamente ese dinero se invierte en las personas correctas o es termina en los bolsillo de algún burócrata.

Sin lugar a duda las becas otorgadas a estudiantes de bajos recursos son una buena idea, pero como sucede frecuentemente con este gobierno, la idea está pésimamente implementada y la contraloría es escasa o inexistente. Adicionalmente, los centros de enseñanza donde estudian los becarios suelen ser centros de adoctrinamiento, donde la calidad de la enseñanza deja mucho que desear.

Otra faceta problemática de estos programas tiene que ver con la posibilidad de mantenerlos a largo plazo. Mucho de los programas son financiados directamente con la renta petrolera. Es decir, el gasto será mayor si hay precios de petróleo altos y menor si hay precios bajos. Es decir, si el precio del petróleo desciende, el financiamiento se reducirá y no habrá asistencia para tantas personas como antes. O el gobierno recurrirá a medidas como la devaluación de la moneda para poder mantenerlos a flote, como sucede ahora mismo.

Los programas no deben desaparecer, pero se les debe dar un sustento real. Para lograr eso, es necesario que los programas dejen de ser vistos como instrumentos para la captura de votos y empezar a ser vistos como armas en la lucha contra la pobreza. Se debe mejorar la contraloría de estos gastos y desvincularlos de los ingresos extraordinarios de la renta petrolera.

Una alternativa para garantizar los fondos de estos programas es la creación de un fondo petrolero, como se mencionó en entradas anteriores [1] . No obstante, esto no permitiría al gobierno disponer de fondos para mejorar su popularidad con miras a mantenerse en el poder por la vía electoral.

Mientras las prioridades sigan siendo la popularidad política y no verdaderas soluciones al problema de la pobreza, mientras la "lucha contra la pobreza" no deje de ser un slogan lleno de hipocresía y que oculta las verdaderas intenciones de los políticos, hay pocas esperanzas de iniciar el camino correcto para llegar a una solución.


[1] http://atravesdelabismo.blogspot.com/2009/02/escasez-de-criterio-o-criterio-de.html

viernes, 5 de febrero de 2010

Estudiantes! Estudiantes!

Soy de aquellos que piensan que no hay nada que celebrar el 4 de febrero. Un golpe de estado militar no tiene nada de digno. No obstante, este año los estudiantes han dado otra cara a esta fecha. Porque, aunque es el 12 de febrero cuando se celebra el día de la juventud en Venezuela, parece que los estudiantes han decidido iniciar la celebración por adelantado.

No puedo evitar manifestar mi admiración por los jóvenes estudiantes que hoy dan la cara por la democracia venezolana. Aunque la represión policial no les permitió llegar a su destino final, siento un profundo respeto por todos esos muchachos llenos de ideales y determinación que luchan hoy por un futuro mejor.

Por ese motivo, no puedo dejar de revisar las declaraciones hechas por el presidente en las que crítica a los estudiantes ferozmente. Hay algunos pasajes que me gustaría comentar.

"Quien puede olvidar el año 91, eso si era una verdadera rebelión estudiantil, no estos cuatro hijos de papá de la burguesía que pretenden apoderarse de esa condición heroica de estudiantes".[1]

Acaso alguien recuerda porque protestaban los estudiantes en los años 90? Por el aumento del pasaje estudiantil. Qué medios utilizaban? Armas de fuego, bombas molotov y cuanto objeto contundente tuvieran a la mano. Quienes eran esos estudiantes? Pequeños grupos de encapuchados, muchos de ellos no eran siquiera estudiantes o tenían décadas en la universidad sin concluir sus estudios. Y es un hecho conocido que algunos de esos encapuchados ocupan hoy puestos en el gobierno...

Los estudiantes de hoy no protestan para mantener sus prebendas particulares. Protestan para defender la libertad de expresión y para que el gobierno actúe apegada a las leyes de la nación. Hacen uso de armas de fuego o de bombas molotov? No. Son pequeños grupos de encapuchados que se hacen pasar por estudiantes? No. Son un numeroso grupo de estudiantes, que cuando usan máscaras no es para ocultar su identidad, sino para protegerse de los gases tóxicos con que los atacan las fuerzas represivas del estado.

Sólo un irresponsable preferiría a un "estudiante" encapuchado y armado que defiende intereses mezquinos, en lugar de un dirigente estudiantil elegido democráticamente por sus compañeros y que da la cara para defender la democracia y los derechos de todos.

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"Sigan tratando de tumbar el Gobierno revolucionario con las manitos blancas. Sigan tratándolo. Nunca lo van a lograr porque si nos buscan por el camino de las armas incluso aquí estamos nosotros con la espada de Bolívar dispuesto a batirnos, donde sea, por la libertad de Venezuela, por la revolución bolivariana. ¡No se equivoquen!".[1]

Para lo que quedó la espada de Bolívar! Para decapitar estudiantes desarmados... Un gobierno no se tumba con manos pintadas de blanco. Y ya se ha comprobado que los grupos armados son protegidos y financiados por el gobierno. Los estudiantes no tienen armas de fuego ni bombas molotov, aunque la propaganda oficial se esfuerce por demostrar lo contrario. [2]

Ya los estudiantes lo han dicho en diferentes escenarios: Su intención no es derrocar al gobierno; su interés real es que el gobierno escuche las voces de todos los venezolanos, que cada ciudadano tenga la libertad de dar su opinión y pueda disentir sin temor a represalias.

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"No podrá con nosotros el imperio yanqui ni la burguesía (...) No podrán con nosotros manitas blancas, burguesitos, apátridas y apatriditos".[1]

El país no está en guerra. Aquí nadie representa los intereses yanquis. La lucha de clases entre los patriotas socialistas y los burgueses apátridas - o contra los yanquis - no es más que una fantasía.

De la misma forma que Don Quijote veía gigantes desaforados donde sólo había molinos de viento, este gobierno ve a traidores, espias y enemigos donde lo único que hay son ciudadanos que reclaman sus derechos.

Pero no se puede esperar nada distinto de un gobierno que promueve valores militaristas y autocráticos. Aunque cuente con el apoyo de la mayoría, un gobierno no tiene derecho a reprimir o perseguir como criminales a las personas que disienten. Es necesario acabar con ese esquema militarista en el cual todo es visto como campañas de guerra y batallas, donde aquel que cuestione al líder es un traidor o un enemigo, y ese es el verdadero mensaje de fondo de los estudiantes. No es luchar por derrocar a Chávez, es luchar para acabar con las prácticas militaristas y persecutorias. La lucha es para iniciar el diálogo entre ciudadanos. Y para eso es necesario reconocer en el otro a un ciudadano. Un ciudadano que no es enemigo, sino un aliado, aunque tenga ideas distintas.

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"La patria venezolana o es socialista y bolivariana o no es patria. ¡Patria socialista o muerte, Venceremos!".[1]

Venezuela es bolivariana, porque así lo dice nuestra Constitución. Pero esa misma Constitución proclama el pluralismo político, por lo que no puede ser un estado socialista.

El gobierno afirma que la doctrina bolivariana es su guía. Pero, por qué no usar entonces el lema "Patria bolivariana o muerte"? Es que acaso las ideas de Lenin, Stalin, Mao y Fidel son más importantes que las de Bolívar? Pues, eso parece...


[1] http://politica.eluniversal.com/2010/02/05/pol_art_manitos-blancas-has_1753031.shtml
[2] http://www.dailymotion.com/video/x85kxa_la-entrevista-maraco_news