jueves, 29 de octubre de 2009

elecciones legislativas

Si, si. Puede resultar desagradable toda la disputa que sucede en la oposición en torno a la selección de los candidatos para las elecciones legislativas. Que la mesa unitaria es cualquier cosa menos unitaria. Que se debe recurrir a primarias. Que la selección de los candidatos no puede ser dejado en manos de un cogollo. Que no podemos regresar a las prácticas de la cuarta república, etc.

Entiendo que haya desencanto con todo esto. No es lo perfecto, pero el asunto es que lo perfecto no puede ser enemigo de lo bueno. No se puede olvidar que el conflicto no es entre democratas, sino entre el autoritarismo revolucionario y la democracia.

Qué hay de bueno en todo esto? Con suerte, un grupo de candidatos en torno a los cuales la oposición pueda reunirse. No niego que se corre el riesgo de llegar en un futuro a una situación de agotamiento de este trabajo de consenso, como sucede hoy en día con la Concertación en Chile, pero creo que ese es un problema cuya solución ya procuran algunos actores políticos.

Confío en que el movimiento popular que se reúne en torno a la figura de Leopoldo López - quien confieso me resulta más tolerable en esta época en que no puede aspirar a ningún cargo político - promete una alternativa saludable que renovará la política nacional en la próxima década.

Creo que se debe dar tiempo a los partidos y actores políticos para llegar a una solución. La democracia es compromiso, es consenso. Y para llegar allí, es necesario negociar. Esto puede tomar su tiempo, pero la necesidad hará que se llegué a una solución.

Quizás la solución no sea la más bonita de todas, pero sin lugar a dudas será mejor que la alternativa: un gobierno conflictivo que invierte más en armamento que en la educación o en la salud del pueblo; un gobierno que financia gobiernos extranjeros mientras nuestros gobiernos regionales regatean un incremento en su presupuesto. El chavismo es, en todo caso, la minoría más grande del país. No se puede permitir que esta minoría imponga su voluntad sobre todo el mundo.