viernes, 20 de febrero de 2009

Tiene Venezuela futuro?

Al conversar con venezolanos que se encuentran estudiando en el exterior siempre surge, más temprano que tarde, el mismo tema: piensas regresar a Venezuela?

En mi caso, permanecer en el exterior nunca ha sido una alternativa. Supongo que, apartando los vínculos personales, contar con un puesto de trabajo y una vivienda seguros son cosas que inclinan la balanza a favor del retorno. Tengo confianza en mi futuro en Venezuela, porque este es previsible. Otro gallo cantaría si mi situación fuera distinta.

Confianza en el futuro. Tener la certeza de que las cosas marcharán bien. Creo que eso es algo ausente en nosotros los venezolanos. Nosotros no apostamos por el futuro de Venezuela. Y quizás con razón. Entre la incertidumbre política y económica queda poco espacio para preocuparse por otra cosa que el bienestar personal.

Y mientras siga existiendo esa falta de confianza, poco importa que se tengan los mejores planes para que el país progrese. Pienso que esa falta de confianza mezclada con una mentalidad cortoplacista son dos de los factores que contribuyen a que se vea la corrupción como algo natural.

Un venezolano, ante la tentación del enriquecimiento ilícito, debe escoger entre algo incierto (un mejor país a futuro) y algo concreto (beneficios personales). Como regla general escoge, para nuestro pesar, asegurar su presente. Para que esperar una recompensa incierta y difusa cuando puede obtener una concreta y de forma inmediata?

Se apegan a aquel viejo proverbio que reza "más vale pajaro en mano que cien volando". Una mezcla de pensamiento cortoplacista y desconfianza en que las cosas resultarán.

Pero esto sucede en el interior de la persona. Qué sucede en la interacción con los demás? Que un criminal puede tenerla certeza de que una acción delictiva rara vez es castigada, especialmente si se tiene buenos contactos ("palanca") o se tiene dinero. Entonces se trata no sólo de robar, sino de robar bastante para comprar un juez o fiscal, o para poder codearse con la élite.

Mientras las personas no crean en una Venezuela que será mejor mañana, poco importan las becas para estudios en el exterior, poco importan los planes de financiamiento para el sector industrial o agropecuario, o las inversiones en infraestructura. Mientras no exista confianza en el país, Venezuela seguirá siendo un país sin futuro.

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