miércoles, 6 de julio de 2011

paciente en estado crítico

Ya el presidente Chávez volvió a Venezuela, poniendo con ello fin a la discusión sobre si existe o no vacío de poder. Eso es un alivio para aquellos que vemos con desconfianza la estrecha relación del gobierno con la dictadura cubana.

Creo que también es hora de poner punto final a la discusión - o más bien especulación - sobre la salud de Chávez. Venezuela no es una monarquía en la que una potencial disputa sucesoral puede llevar a una guerra civil. Todavía somos una democracia, y dentro de pocos meses realizará elecciones para elegir un presidente.

Si Chávez tiene cáncer terminal, o si su enfermedad es todavía tratable, es sólo de interés para el presidente, su familia y personas cercanas. Quizás pueda ser de interés para algunas personas que se aprovechan de su cercanía para usufructar del gobierno, pero no debe dominar la agenda política nacional.

Más importante, sin lugar a dudas, es la salud de nuestro país. Corrupción, ineficiencia y populismo han hecho metástasis, invadiendo nuestras instituciones, industrias productivas e incluso nuestras vidas privadas.

Más que preocuparnos por algo de lo que no tenemos control - como es la salud del presidente - deberíamos pensar en cual debe ser el tratamiento contra el cáncer que carcome nuestro país.

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