martes, 1 de marzo de 2011

Fragmentos de una república

Leo "El Asedio Inútil: Conversación con Germán Carrera Damas" de Ramón Hernández. Es fascinante conocer la visión del historiador sobre el proceso de formación de nuestra democracia. No puedo estar sino de acuerdo con su diagnóstico sobre el desarrollo y las fallas de nuestra democracia en los últimos 50 años: Venezuela no contaba con el recurso humano para enfrentar un crecimiento de nuestra sociedad como el experimentado a partir de la década de 1970, y hoy en día paga las consecuencias de decisiones erróneas tomadas producto de esa inexperiencia.

Esa escasez de recursos humanos no impidió que se lograrán cosas notables como la erradicación del paludismo o la construcción de grandes obras como el Guri, pero si impidió que se formará una ciudadanía fuerte y madura, así como un estamento político capaz de formarla y liderarla. De esos barros provienen estos lodos que ahogan nuestro país.

Algo que me preocupa desde hace tiempo, como creo que se refleja en entradas previas de este blog, es esa ausencia de liderazgo, esa ausencia de una élite intelectual que sirva de consciencia, de guía del colectivo nacional. Es evidente que existe una presencia intelectual en nuestro país - como se descubre al leereste libro - pero esta no parece jugar ningún papel en nuestra vida política o nuestra formación ciudadana.

Por qué sucede eso? Por qué no vemos el pensamiento de esa élite reflejada en nuestro pensar y en nuestro actuar político? Por qué parece que ese conocimiento permanece atrapado en su torre de marfil?

Hoy en día, tenemos una democracia hecha añicos. Una democracia que cada día parece menos una. Es el deber de nuestra intelectualidad, el recoger los fragmentos de esa democracia y tratar de reconstruirla. La pregunta fundamental es: Cómo hacerlo?

Carrera Damas plantea que a pesar de vivir en democracia desde hace 50 años no se ha logrado transformar en ciudadanos de verdad más que a un pequeño estrato de la población. Mientras tanto, el resto de los venezolanos siguen atrapados en la estructura atávica de la relación caudillo-súbdito. El camino de la redención pasa necesariamente por la ampliación de ese estrato de ciudadanos de verdad hasta que se convierta en una base sólida para reconstruir la democracia. Y eso es tarea que corresponde a quienes ya han realizado esa transición de súbditos a ciudadanos.

Hay que luchar por propagar los verdaderos ideales democráticos entre los venezolanos. Convertir a la mayor cantidad posible de venezolanos en ciudadanos de verdad. Lograr que dejen atrás la mentalidad de súbditos que esperan por un gesto magnánimo del rey/presidente; convertirlos en ciudadanos que se organizan y hacen uso del sistema democrático para mejorar su vida y hacer valer sus derechos, ciudadanos que ven al presidente como lo que es: no un redentor, sino un servidor público.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario