miércoles, 19 de mayo de 2010

hacen falta nuevas ideas

No puedo evitar pensar que el país se quedo estancado en el siglo XIX. El sistema político pareciera seguir en manos de una élite que parece no tener idea de la dirección que debe tomar el país. Luego de décadas de fracasos salpicados con ocasionales y escasos progresos, pareciera que la materia gris de nuestros líderes se ha secado sin remedio.

Y es que pareciera que esta élite, en medio de la preocupación por proteger sus propios intereses, es incapaz de las reflexiones necesarias para cambiar el rumbo del país.

Porque, cuál es el proyecto que ofrecen el gobierno o la oposición? El chavismo no pasa de ser un montón de promesas incumplidas, consignas obsoletas y corrupción desbordada. Todo esto mezclado con una ensalada ideológica que toma ideas de las vertientes internacionales del anti-imperalismo y de la izquierda radical y que dan como resultado que en estos once años de gobierno una moneda que se ha devaluado 1000%, una inflación por encima del 500% y una economía más dependiente que nunca de la renta petrolera.

Y la oposición? No mucho mejor. Sus propuestas parecieran no ir más allá de oponerse a las propuestas del chavismo. Y las ideas, no importa si son propuestas sociales que parecen una burda copia de las del chavismo o ideas liberales de mercado, son mencionadas sin entusiasmo y como repitiendo la lección aprendida en el salón de clase. Pareciera que los políticos están más interesados en permanecer en su gris mediocridad que en arriesgarse con una idea medianamente original.

Es triste pensar que el deseo de transformar nuestro deficiente sistema político parece extinto.
Donde está nuestra élite intelectual? Donde están los pensadores que tanto necesita el país?

No hay duda que hay hombres que con sus opiniones marcan la pauta en política nacional, pero estos parecen más interesados en insistir una y otra vez con las mismas prácticas erróneas que nos han traído hasta el borde del abismo.

Si queremos tener un nuevo país, un mejor país, es necesario proponer nuevas ideas, Mientras sigamos estancados en las viejas prácticas dictadas por el convencionalismo, seguiremos siendo una sociedad estancada y sin futuro.

jueves, 13 de mayo de 2010

Los meses por venir

5,2% de inflación? No entiendo porque la gente se sorprende. Pareciera que todos han olvidado de la devaluación realizada por el gobierno hace cuatro meses.

Y es que los efectos de la inflación, como se había advertido, han tomado entre tres y cuatro meses en sentirse, que es el tiempo que toma a la nueva mercancía importada llegar al país.

Y pareciera que lo peor parece estar por venir. Después de todo, sólo la inflación producida por la devaluación de productos preferenciales es de 20%. Si a eso agregamos los retrasos de CADIVI que han forzado a muchos importadores a recurrir al mercado paralelo, en el que el valor del dólar es dos o hasta cuatro veces superior al oficial - y sigue en aumento - las perspectivas no son nada alentadoras.

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El gobierno insiste en que el incremento de precios es producto de la especulación y no de la devaluación. Siguiendo este "razonamiento", tratará de forzar a los comerciantes a vender a precios regulados, amenazándoles con la cárcel o confiscaciones de no hacerlo. Ese truco quizás pudo ser de utilidad en enero, cuando todavía no se sentía el efecto total de la devaluación, pero ahora que los comerciantes no pueden correr la arruga, simplemente no será posible. Y es que ninguna persona va a trabajar para perder dinero. Nadie excepto el gobierno, claro está.

Lo que está por venir no luce nada fácil: Inflación y Escasez.

Pero por qué hay escasez?

Porqué el gobierno se ha dedicado a importar mercancía del exterior que luego vende en el país a precios muy por debajo de su costo. Esos subsidios tendrían sentido si se tratara con una industria nacional dedicada a la especulación, pero hasta ahora el gobierno no ha presentado la menor evidencia de ello. Pareciera que la intención fuera acabar con los empresarios para imponer un nuevo modelo productivo. El único problema es que el modelo productivo no es lo que uno podría esperar de un gobierno marxista y revolucionario - esto es, un modelo colectivista de producción - sino que se trata de un modelo de importaciones en el que sólo se benefician los burocratas/comisionistas y los empresarios de Brasil, Argentina e incluso Estados Unidos.

En pocas palabras: nuestra soberanía alimentaria está sostenida por boligarcas que se enriquecen a costillas del erario público, unos empresarios extranjeros que según la lógica revolucionaria son mejores y más dignos que los nuestros - y unos petrodólares que mejor crucemos los dedos para que sigan llegando.

Otra razón para la escasez la obsesión del gobierno por mantener precios regulados en un país en el que la inflación anual ha superado el 20% en cada uno de los últimos tres años. Anteriormente las importaciones de alimentos subsidiados por el gobierno ocultaban esa realidad, pero ahora que al gobierno parece no alcanzarle el dinero - a pesar de un barril de petróleo a $70 - ya no hay forma de disimular esa situación por mucho más tiempo.

Es natural aspirar con precios de los alimentos que no aumenten día a día. Pero en la mayoría de los casos la culpa no es de quien vende o produce, como quiere hacernos creer el gobierno. Si los costos de materiales y personal aumentan cada año 30%, es tonto pretender que el costo de producción no hará lo mismo. es absurdo insistir en precios invariantes, porque tarde o temprano llegará el momento en que se pierde dinero. Y como ya dije antes: Nadie trabaja para perder dinero.

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Es descabellado pensar en una inflación a final de año por encima del 35% anunciado pr algunos economistas? En este momento en que el gobierno que parece no tener suficientes dólares para atender las demandas de los importadores y pareciera tener la intención de crear un mercado negro de la divisa empieza a lucir conservador. Quizás las estimaciones hechas por Maza Zabala a comienzos de año de una inflación cercana al 50% parecieran hacerse más probables a medida que pasan los días. Por ahora, sólo nos queda cruzar los dedos y esperar que no sea así.