sábado, 28 de febrero de 2009

Ilusiones de control, una respuesta.

Cuando hablamos de regular el mercado aparecen un montón de fantasias relacionadas con frenar la avaricia excesiva. Sospecho que una buena porción de personas que leen "control de los mercados" piensa en este maravilloso (e inexistente) método para limitar a millonarios ambiciosos y su poder.

¿Cuáles pueden ser en realidad los abusos de los peces gordos?

Dentro del libre juego del intercambio lo único reprochable es vender algo distinto de lo que la contraparte ha comprado, es decir, engañar. Un ejemplo podría ser vender paquetes de aciones y bonos que lleven engrapadas (y ocultas) hipotecas subprime. En este caso la tal regulación no sería más que la puesta en práctica de los procedimientos pertinentes para esclarecer si ha habido engaño y, si resulta que sí, regresar al estafado su dinero y muy probablemente alguna indemnización.

Las recientemente desveladas estafas de Madoff y Stanford ejemplifican lo comentado. Si el estado se encargase de idear vías legales para que los estafadores tuvieran que pagar todas sus deudas más indemnizaciones hasta que estuvieran saldadas por completo, haciendo uso de su dinero y bienes personales, y dejándoles en justa miseria posiblemente de por vida; éstos crímenes serían un poco menos frecuentes.

Pero en general las instituciones gubernamentales se esfuerzan mucho más en controlar la dirección del mercado que en administrar eficientemente las consecuencias para evitar este tipo de crímenes.

El mercado es el encuentro de quienes quieren comprar algo y quienes quieren venderlo. ¿Qué pretenden regular? Las reglas naturales del mercado sólo permiten participar (comprar o vender) o quedarse al margen, y cuando los gobiernos deciden participar regulando precios, bloqueando compras o manipulando el valor del dinero no transforman o mejoran la naturaleza del mercado, sólo enturbian y trastocan su devenir, generalmente produciendo efectos bastante más nocivos que aquellos que querían evitar.

Ahora bien, sería el colmo pretender sugerir que la crisis es producto de la falta de vigilancia, si el mercado no podría estar mas rodeado y atravesado por comisiones, controles y demás instrumentos gubernamentales, cuyo único fin es que las direcciones del intercambio sean aquellas que convienen al funcionario a cargo. Podríamos incluso definir la actual crisis como la absoluta incapacidad del mercado para seguir respondiendo a los deseos políticos de crecimiento. Nos quedan sólo dos hipótesis sobre la mesa, porque es evidente que no han dejado de haber controles ni por un minuto: la crísis ha sido consecuencia de una gestión regulatoria excesivamente ineficientes o que la regulación generalmente producirá desastres de las proporciones que ahora conocemos.

Por lo que hemos visto hasta ahora podemos estar seguros de que los esfuerzos por salir de la crisis sólo agudizarán sus estragos. "Un estado débil que mira a otro lado" sería, en realidad, una bendición.

viernes, 27 de febrero de 2009

escasez de criterio o criterio de escasez?

Ley las dos primeras páginas de un libro llamado "The real Venezuela: Making socialism in the 21st century", escrito por Iain Bruce.

En estas páginas el autor cuestiona las recomendaciones hechas por el FMI a Venezuela sobre que era mejor ahorrar el excedente petrolero e invertirlo para incrementar la producción. Luego empieza una breve descripción sobre como el gobierno de Chávez ha despreciado estas propuestas y ha incrementado el gasto social. Para dar prueba de lo correcto de esta decisión, presenta testimonios de personas de los barrios que se han beneficiado de los 15 mil médicos cubanos y de las misiones educativas.

No voy a dedicarme a cuestionar las motivaciones del autor, pero pienso que es importante señalar lo que considero una escasa preparación para tratar el tema, evidenciado en su visión simplista sobre el problema de la renta petrolera.

El uso correcto de la renta petrolera es una cuestión fundamental. De hecho, este es una tema que se viene discutiendo desde hace décadas. De este debate es que nace aquella frase famosa de "sembrar el petróleo".

Podríamos hablar de dos corrientes de pensamiento. La primera es emplearla directamente para cubrir las necesidades sociales del país. La segunda es invertir ese dinero y tratar de que el país se mantenga relativamente aislado de los ingresos petroleros.

La línea de acción del gobierno actual se acerca a la primera tendencia: ha usado el ingreso del petróleo en gasto social. Entiendo la lógica, hasta ética, de su propuesta: como dejar a tantas personas sumidas en la miseria y el hambre mientras el estado tiene todo ese dinero? Suena incluso inhumano visto de esa manera.

Los que defienden la segunda alternativa, la de restringir el uso de la renta petrolera dicen que el gasto social desata la inflación y nos impide prepararnos para la época de las vacas flacas. Sus explicaciones son bastante coherentes y se basan en experiencias previas de la economía venezolana. Es difícil encontrar una falla en su lógica: su razonamiento es impecable.

Qué camino seguir? El que indica la lógica o el que señala la ética? No hay acaso un camino intermedio entre ambas?

En otra ocasión escribiré sobre una posible "tercera vía", una inspirada en el fondo petrolero de Alaska y presentada por Michael Rowan en el libro "como salir de Chávez y de la pobreza".

* * * * * *

En el primer gobierno de CAP se hablaba de administrar la abundancia con criterio de escasez. Maza Zavala, no sin sorna, dice que más bien la abundancia se administró con escasez de criterio. Treinta años han pasado, ha concluido un nuevo boom petrolero y lo que sigue abundando es escasez de criterio.

Hoy, apenas a unos meses - semanas - de la caída del precio del petróleo en los mercados internacionales, PDVSA no tiene ni siquiera dinero para pagar a sus empleados. Los empleados tampoco cuentan con un seguro médico porque la estatal petrolera no ha pagado a sus acreedores, entre los que se encuentran las clínicas privadas que asisten a aquellos.

En los próximos días se anunciarán las medidas económicas del gobierno para enfrentar la crisis económica. Entonces descubriremos si este gobierno es mejor administrando la escasez que la riqueza. Espero que sea así, porque lo que está en juego es la vida de muchos venezolanos.

jueves, 26 de febrero de 2009

Cuál oposición?

Hasta ahora la oposición a Chávez se ha movido entre dos polos: uno formado por aquellos que ven al gobierno como una dictadura y aquellos que lo ven como un régimen democrático pero autoritario. Basados en esas visiones, cada polo plantea soluciones distintas al problema.

Los primeros tratan de desenmascarar al gobierno y sus prácticas e intenciones dictatoriales, mientras que tratan de alimentar el espíritu insurreccional de los ciudadanos. Estos alegan que todo el sistema electoral es una farsa y que el CNE cohonesta el fraude. También afirman que Chávez no entregará el poder si pierde unas elecciones. No hace falta más que ver que el ex-presidente del CNE fue a los pocos meses de terminar su gestión nombrado Vice-Presidente, y que se ha hecho todo lo posible por sabotear las gestiones recién iniciadas en la región capital y Táchira.

Los segundos creen que la salida es electoral. Indican que no se puede negar que millones de personas apoyan al gobierno y que aunque se trata de una lucha desigual contra un gobierno que usa ilegalmente los recursos del estado, la única salida es convencer a los venezolanos de que ellos son la mejor alternativa. Como argumento de peso señalan que la oposición logró ganar importantes gobernaciones y alcaldías el año pasado, y que se debe seguir luchando para hacer que la oposición sea mayoría. Mientras tanto, no se oye a este grupo hablando de presos políticos, violación de derechos humanos ni luchan de forma eficaz por elecciones limpias y justas.

Ambas facciones tienen sus méritos y defectos. Con los primeros concuerdo en su lucha en defensa de los presos políticos, la discriminación política y su exigencia de elecciones limpias. No obstante no creo que uno pueda decretar o convocar una insurrección popular. Esta ocurre o no ocurre. Y en este momento el país está embriagado por el festín petrolero, completamente obnubilado e indiferente a las miserias de los exiliados, presos y perseguidos políticos. Otro punto débil es su visión inmediatista: aunque es imprescindible salir de Chávez tan pronto como sea posible, no podemos dar un salto al vacío como ocurrió el 11 de abril de 2002.

Por otro lado los que creen en la salida democrática tienen razón en algo: Chávez cuenta con un apoyo popular que no se debe ignorar. Los votos del chavismo son de Chávez. Poco importa se los ha ganado por medio de su trabajo o con cuentos chinos, esos votos son de él. Así como se critica a Chávez por darle la espalda a la mitad del país, no se puede dar la espalda a esos millones que apoyan al chavismo. La única forma de evitar una confrontación violenta en el país es dirimir las diferencias políticas mediante el voto.

Pero, es posible para la oposición lograr esa mayoría? De quién son los votos de la oposición? Pues parece que también son de Chávez. Por qué la mayoría no vota por Primero Justicia o Un Nuevo Tiempo, muchos menos por Rosales o Borges. No dudo que haya gente que si lo haga, pero no son la mayoría. La mayoría vota contra Chavéz.

En On Democracy, Dahl describe como nace el sistema de partidos nacionales en EEUU. Describe como durante la presidencia de John Adams, Jefferson y Madison concluyeron que la única manera de derrotar las políticas federalistas del presidente Adams era, no a través de la oposición en el congreso y en el gabinete, sino sacando a Adams de la presidencia. A tal fin crearon una maquinaria electoral (partido político) organizado hasta el último precinto para poder movilizar y mantener activos a sus partidarios. Ese trabajo les tomó diez años. Es natural que ese trabajo nace de la convocatoria de gente con intereses comunes, en su caso la lucha contra el federalismo.

Por nuestra parte, la oposición en esto diez años no se ha puesto de acuerdo, no se ha organizado, no ha generado propuestas, no se ha avanzado. La oposición sigue desorientada y se sigue preguntando: que hacemos ahora?

Apenas ahora, luego de 10 años es que empieza a plantearse la necesidad de crear una alternativa creíble que se oponga al chavismo. Y nunca falta un charlatán que diga que no hace falta un proyecto de país porque aquí los adecos ganaban elecciones sin ningún plan - Petkoff dixit.

Qué hacer como ciudadanos? Seguir el ejemplo de los estudiantes. Los estudiantes van bien encaminados. Se han empezado a organizar por su cuenta y a buscar ganarse el respeto y la confianza de las clases menos favorecidas.

Los ciudadanos opositores deben olvidarse de que de los partidos surgirá un salvador. Deben organizarse y luchar por elecciones limpias y transparentes. Deben organizarse y empezar a informarse y apoyar la causa de los perseguidos políticos. Deben amparar a todos aquellos que son abandonados por el estado o la sociedad. Deben luchar por mejorar la democracia.

Es hora de olvidarse de Chávez y reconocer a esos millones de venezolanos que viven en la pobreza. Es hora de empezar a buscar soluciones que permitan alcanzar el deseo común de igualdad y bienestar social entre los venezolanos.

lunes, 23 de febrero de 2009

entre la locura neoliberal y la ilusión socialista

"I had put too much faith in the self-correcting power of free markets"[1] - Alan Greenspan.

"The nationalist not only does not disapprove of atrocities committed by his own side, but he has a remarkable capacity for not even hearing about them"[2] - George Orwell.

Tanto con el socialismo como con el liberalismo económico se corre el riesgo de sucumbir al dogmatismo. Y no hay nada más peligroso que eso.

El socialismo persigue una utopía, un sistema donde todos los hombres son iguales. Cuando en la práctica no funciona se busca siempre una excusa. La más común es la necesidad de un "hombre nuevo", otra utopía más . En la práctica económica el socialismo se ha traducido siempre en control estatal de los medios de producción. Control estatal que se traduce al final en un mercado atrofiado, por no hablar de las tentaciones totalitarias asociadas a un estado que todo lo tiene y todo lo puede.

El liberalismo económico, por su parte, persigue otra utopía: un mercado capaz de autoregularse, "como movido por la mano de Dios". Aunque la intervención estatal sobre la economía tiene un pasado cuestionable, sólo basta ver la actual crisis económica para darse cuenta de lo que puede pasar con un mercado donde el estado está ausente. Un mercado en crecimiento que parecía beneficiar a muchas personas, se ha convertido en un vórtice que amenaza con arrastrar a todo el mundo. Aunque la intervención del estado puede representar un auténtico riesgo si se emplea erróneamente, un estado débil que mira a otro lado mientras el mercado se consume en llamas es igual de peligroso.

Ni tan calvo ni con dos pelucas. Ni el mercado ni el estado son por si solos la solución para resolver la cuestión económica. Demonizar al estado o satanizar al mercado no son caminos que lleven a alguna parte. Es necesario dejar a un lado los dogmas y buscar un equilibrio entre mercado, estado y sociedad. Hay que flexibilizar posturas y estar abiertos a cualquier posibilidad.

Porque lo que quizás sea una buena idea el día de hoy no necesariamente sea lo correcto bajo las circunstancias del mañana. Las decisiones en economía deben ser basadas en una visión clara que se apoye en la ética, en la razón y en los hechos, no en los dogmas. Y una visión clara sólo es posible al alejarse de la sombra de la locura neoliberal y de las nieblas de la ilusión socialista.

[1] http://www.nytimes.com/2008/10/24/business/economy/24panel.html?hp
[2] http://en.wikiquote.org/wiki/George_Orwell

domingo, 22 de febrero de 2009

La democracia y sus quimeras (II)

Es posible la igualdad política cuando existe desigualdad ecónomica? De acuerdo a lo manifestado por Laveaga en la democracia y sus quimeras, esto no es posible. La democracia representativa, tal como se plantea hoy en día, se basa en la acción de grupos de interés que concentran sus esfuerzos en modificar las decisiones de los representantes electos. Un pequeño grupo bien organizado, y con recursos económicos, puede lograr que la balanza se incline a su favor en el momento que los representantes tengan que tomar alguna decisión de importancia.

Entonces, mientras que la mayoría desorganizada sólo puede ejercer su opinión a través del voto cada tanto tiempo, un grupo pequeño (una oligarquía si se quiere), ejerce el control real del sistema democrático. Poco importa que existan referenda revocatorios o se ejerza el voto castigo. Porque mientras estos grupos sigan operando a la sombra, poco importa quien sea el representante electo, sólo se cambiará al custodio de un grupo por el de otro.

Porqué después de todo, quienes financian las campañas políticas? Puede acaso un Juan Bimba aspirar a un cargo electo de importancia sin contar con alguien que lo respalde económicamente? Es difícil hacer campaña electoral sin contar con los recursos que ofrece generosamente algún grupo preocupado por el bienestar de sus miembros, ya sean estos sindicatos, asociaciones de empresarios o sociedades de diversa índole.

Es cierto que la desigualdad económica no es producto de la democracia. Sus orígenes se remontan incluso a los orígenes de la nación. Pero mientras mientras exista desigualdad económica, dificilmente podrá existir auténtica igualdad política, más allá de la ilusoria igualdad del voto. La democracia estará caminando sobre la cuerda floja.

Debe responder la democracia al problema de la desigualdad económica? Si se persigue auténtica igualdad política, así debería ser. La pregunta que permanece en el aire es como hacerlo.

El dueño del circo

No hay que hablar con el payaso, sino con el dueño del circo. El problema es identificar quién es el dueño del circo. Porque el dueño del circo, aunque lo parezca, no es Chávez. Él, aunque se vista como el dueño, no es más que el payaso del circo. El dueño del circo son los millones de personas que votan por él.

Entonces hay que olvidarse de andar peleando, reclamando o discutiendo con el payaso. No hacerle caso a las maromas, chistes malos o tonterias que haga o diga. Si, si. Sé que el payaso abre las jaulas de los leones, arroja ratones a los elefantes, le quita la red de seguridad a los acróbatas y le corta la cuerda al equilibrista. Sé que no es fácil ignorar al payaso. Es más fácil decirlo que hacerlo, porque el payaso es ruidoso, irritante y está todo el día encima de uno gritando y armando un alboroto. Pero mientras te dejas distraer por el payaso, el dueño del circo se te va y pierdes la oportunidad de convencerlo de que el payaso es un peligro.

No hay que hablar con el payaso, sino con el dueño del circo. Mientras los políticos no se den cuenta de quién es el verdadero dueño del circo no vamos a ir a ninguna parte.

Despotismo inculto

Se puede hablar en Venezuela de un "despotismo inculto"? Tomemos la definición de esas dos palabras según el diccionario de la Real Academia Española:


despotismo.

(De déspota).

1. m. Autoridad absoluta no limitada por las leyes.

2. m. Abuso de superioridad, poder o fuerza en el trato con las demás personas.

~ ilustrado.

1. m. Política de algunas monarquías absolutas del siglo XVIII, inspirada en las ideas de la Ilustración y el deseo de fomentar la cultura y prosperidad de los súbditos.


inculto, ta.

(Del lat. incultus).

1. adj. Que no tiene cultivo ni labor.

2. adj. Dicho de una persona, de un pueblo o de una nación: De modales rústicos y groseros o de corta instrucción.

3. adj. Dicho del estilo: Desaliñado y grosero.




Si nos apegamos a la definición de despotismo que lo describe como abuso de superioridad, poder o fuerza en el trato con las demás personas, y la definición de inculto que habla de modales rústicos y groseros o de corta instrucción, creo que no estaríamos tan lejos de lo que sucede.

Creo que los casos de abuso de poder y de fuerza contra ciudadanos opositores está más que documentada. Sólo mencionaré un ejemplo sencillo: la divulgación a través del canal estatal VTV de llamadas privadas de líderes estudiantiles. Estas llamadas fueron ilegalmente interceptadas, por no hablar de lo cuestionable que es su divulgación a través de un medio del estado, sometiendo a los estudiantes al escarnio gubernamental.

Sobre los modales rústicos y groseros ya no hablemos. Sólo basta recordar la infame frase acuñada por el líder máximo ("victoria de mierda"), o términos como "oposición apátrida" o "pitiyanqui", espetadas con frecuencia para formarse una imagen sobre su falta de modales.

Se trata entonces de un despotismo inculto, o si prefieren, despotismo ramplón. Eso está, en mi opinión, a la vista de todos.

viernes, 20 de febrero de 2009

Tiene Venezuela futuro?

Al conversar con venezolanos que se encuentran estudiando en el exterior siempre surge, más temprano que tarde, el mismo tema: piensas regresar a Venezuela?

En mi caso, permanecer en el exterior nunca ha sido una alternativa. Supongo que, apartando los vínculos personales, contar con un puesto de trabajo y una vivienda seguros son cosas que inclinan la balanza a favor del retorno. Tengo confianza en mi futuro en Venezuela, porque este es previsible. Otro gallo cantaría si mi situación fuera distinta.

Confianza en el futuro. Tener la certeza de que las cosas marcharán bien. Creo que eso es algo ausente en nosotros los venezolanos. Nosotros no apostamos por el futuro de Venezuela. Y quizás con razón. Entre la incertidumbre política y económica queda poco espacio para preocuparse por otra cosa que el bienestar personal.

Y mientras siga existiendo esa falta de confianza, poco importa que se tengan los mejores planes para que el país progrese. Pienso que esa falta de confianza mezclada con una mentalidad cortoplacista son dos de los factores que contribuyen a que se vea la corrupción como algo natural.

Un venezolano, ante la tentación del enriquecimiento ilícito, debe escoger entre algo incierto (un mejor país a futuro) y algo concreto (beneficios personales). Como regla general escoge, para nuestro pesar, asegurar su presente. Para que esperar una recompensa incierta y difusa cuando puede obtener una concreta y de forma inmediata?

Se apegan a aquel viejo proverbio que reza "más vale pajaro en mano que cien volando". Una mezcla de pensamiento cortoplacista y desconfianza en que las cosas resultarán.

Pero esto sucede en el interior de la persona. Qué sucede en la interacción con los demás? Que un criminal puede tenerla certeza de que una acción delictiva rara vez es castigada, especialmente si se tiene buenos contactos ("palanca") o se tiene dinero. Entonces se trata no sólo de robar, sino de robar bastante para comprar un juez o fiscal, o para poder codearse con la élite.

Mientras las personas no crean en una Venezuela que será mejor mañana, poco importan las becas para estudios en el exterior, poco importan los planes de financiamiento para el sector industrial o agropecuario, o las inversiones en infraestructura. Mientras no exista confianza en el país, Venezuela seguirá siendo un país sin futuro.

jueves, 19 de febrero de 2009

Las dos Venezuelas

Domingo Alberto Rangel, figura histórica de la izquierda venezolana, ha publicado un libro titulado "Aquí manda el hampa". En el libro, se plantea de forma descarnada la realidad de la inseguridad en Venezuela, sus causas y sus prácticas. Pero dentro de este análisis, el autor plantea una tesis interesante: la existencia de dos Venezuelas.

La primera es la Venezuela de urbanización. Una llena de quintas, calles con vigilancia, colegios privados y centros comerciales. Un lugar donde gobierna, mal que bien, la ley y el orden.

La segunda es la Venezuela del barrio. Una llena de casas improvisadas en terrenos invadidos, servicios públicos deficientes y donde la policía no entra. Un lugar donde la ley que predomina es la del más fuerte.

Hoy en día la segunda Venezuela se infiltra en la primera, cuando debería estar ocurriendo lo opuesto. La ley del más fuerte no debería convertirse en ley universal. La ley y el orden oficial debería llenar los espacios donde no existe hoy en día. La ley, o la justicia si prefieren, debería "subir cerros". El gobierno, no solamente el candidato, deberían subir cerros.

La democracia y sus quimeras

Me he topado, como por casualidad, con un pequeño libro editado por el Fondo de Cultura Económica de México titulado "la democracia y sus quimeras". Consiste en una transcripción de 4 conversaciones entre Rossana Fuentes-Berain y Gerardo Laveaga. Ella es directora de Foreign Affairs y él es profesor del ITAM. Laveaga tiene una visión bastante pesimista de la democracia (ella dice que inspirada en Hobbes), definiéndola como la lucha institucionalizada por el poder. En esta lucha siempre terminará beneficiado el más poderoso, que en países como Venezuela siempre es algún grupo de las clases más favorecidas.

En medio de la discusión hace una breve mención del caso de Venezuela y, basado en el resto de su intervención, creo se podrían interpretar estos últimos 10 años como un proceso de ajuste en el que el poder se redistribuye. Eso es lo que creo que sienten las personas que apoyan a Chávez. Sienten que Chávez los representa y habla por ellos. Que las clases menos favorecidas se sientan apoderados no es malo. Lo malo es que luego de 10 años ese poder no se encuentra en sus manos, sino en las de un caudillo que no tiene mayor idea de como hacer que ese poder llegue a los ciudadanos que hasta ahora han sido desatendidos.

Hasta ahora el intento más claro de transferencia de poder han sido los consejos comunales. La idea no es mala, pero como muchas de las buenas ideas del gobierno, ha sido pésimamente implementada. El principal problema es que no se ha dado la capacitación a los ciudadanos para trabajar dentro de ese sistema. Otro problema es que en medio de la polarización han sido politizados por unos y demonizados por otros, enturbiando una idea que podría funcionar a largo plazo.

No sé si existe una iniciativa de parte de la oposición para contribuir con los consejos comunales, pero sería genial que se abocaran a asesorar y ayudar a la formación de los consejos comunales. Quizás de esa forma puedan convertirse en verdaderos centros donde el ciudadano pueda ejercer el poder de forma racional y eficaz.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Hora de renovación para la oposición?

El resultado del 15F tiene que ser considerado de forma objetiva como una derrota política. Más allá de los análisis optimistas de las cifras, es necesario recordar que el rechazo a la reelección indefinida en diciembre tenía una ventaja de 15%, la cual se disolvió en menos de un mes. Cómo pudo la dirigencia opositora dejar que eso pasará?

En otros países, cuando un partido sufre una derrota electoral, ocurre inevitablemente un proceso de revisión interna que suele llevar, más temprano que tarde a una renovación de las posiciones de liderazgo. Cuando se trata de una figura de gran relevancia o trayectoria, suele ser un proceso tortuoso y complicado, pero eventualmente no tiene otra opción más que rendirse ante lo evidente: su caducidad como alternativa.

Creo que todos los partidos deben hacer eco de la solicitud que ha hecho el alcalde Antonio Ledezma: luego de esta derrota, la autocrítica es necesaria. Los partidos deben someterse a revisión. El papel de la dirigencia y las decisiones tomadas por ellos hasta ahora deben ser objeto de reflexión.

martes, 17 de febrero de 2009

Tiempos Generacionales

Quizás fueron simplemente las ganas de no dejarse abatir por el resultado de esta última "consulta popular", pero luego de unos instantes de frustración, miedo e incluso un poco de rabia (todo esto se puede resumir en una sentida mentada de madre), preferí adoptar la postura optimista. La logré obtener solamente luego de asumir mi ignorancia e incapacidad de comprender estos procesos políticos que estamos sufriendo actualmente.

Me preguntaba cómo se sentirá cuando dentro de un par de décadas, nuestros hijos, nietos y bisnietos nos pidan que les ayudemos a hacer la tarea de historia para la escuela. "Tú estuviste allí, tú fuiste a marchas, tú votaste un promedio de 4 elecciones por año, tú compraste dólares en el mercado negro", etcétera. Cierto, yo estuve incluso en el Caracazo, celebré un cumpleaños con toque de queda luego de una intentona de golpe de estado, la elección democrática de Hugo Chávez en el 98, y todo lo que ha sucedido hasta ahora.

Pero creo que sólo luego de que "todo pase", dentro de pocos o muchos años, tendré la capacidad de tener una visión un poco menos confusa de la llamada "Revolución Bolivariana", lo que ha sido y lo que será, y luego podré hacer un balance de la misma, emitir un juicio, decir: fué bueno o fué malo.

Me parece válido, obviamente, luchar contra lo que nos parece injusto o inapropiado, y exigir lo que queremos y consideramos necesario. El 15 de febrero nos preguntaron nuestra opinión y la dimos. En la democracia las mayorías ganan, y los que dijimos NO no lo fuimos. Paciencia. Pero pienso que así como el gobierno y sus seguidores no deberían cantar "¡Victoria!" de forma tan vehemente (al fin y al cabo, aun siendo minoría, no somos pocos, e indipendientemente del número, somos venezolanos y nos tendrán que tomar en cuenta), la oposición no debería decir "Derrota" y caer en el desespero. Los cambios causan siempre temor, inseguridad, aunque sean cambios para bien. A veces ni nos damos cuenta, y a veces los hechos nos favorecen sin que ni siquiera nosotros lo sepamos... y sin que lo sepan los demás. Harán falta tiempos generacionales para entender el verdadero resultado de lo que ha estado sucediendo en Venezuela. Nuestro rol, por ahora, podría ser garantizar que las cosas que se quieren hacer, que la mayoría decide hacer, al menos estén bien hechas.

Luego cuando nuestros hijos, nietos y bisnietos nos pregunten qué fué lo que sucedió, se lo contaremos a cambio de que ellos nos expliquen cuál fue el resultado.

Promesas incumplidas de la democracia

Da la sensación que la democracia en Venezuela ha dejado muchas promesas incumplidas. La democracia bipartidista dejo sin atender las necesidades de muchas personas que terminaron dando su voto a Chávez. Y hoy en día la mayoría de la población tampoco se siente identificada con la versión "participativa y protagónica" que vende el chavismo.

Al ciudadano común se le vende la democracia como un sistema perfecto, pero no lo es. Las taras de nuestro sistema se perpetúan ante la indiferencia de los políticos que prefieren no mencionarlas con la esperanzas de explotarlas.

Es hora de revisar los resultados de nuestra democracia, cuestionarla y trabajar para mejorarla. Pero también es importante ajustar nuestras expectativas en cuanto a lo que se puede lograr por medio del sistema democrático.

lunes, 16 de febrero de 2009

No todo está perdido

Ya se ha consumado. La reelección indefinida fue aprobada en un referendum llenó de vicios. Pero no vale la pena llorar por la leche derramada. Sólo se ha perdido una elección. Muchas cosas pasarán antes del 2012.

Es hora de empezar a evaluar nuestra acción como opositores y prepararnos para las luchas que se presentan a partir de hoy.

Venezuela sigue existiendo. Los ciudadanos que se resisten a la arbitrariedad siguen de pie.

Venezuela no se rinde. No se puede rendir. No tiene otra opción que luchar.